sombreros moe

Día del cáncer de mama

 

    

Este mes hemos tenido un constante bombardeo de noticias sobre el cáncer de mama. Poco me queda por añadir, más que insistir en cuidarse, quererse, hacerse una mamografía, cuidarse y quererse.

Si me gustaría decir, que el proyecto de Moe, destinado fundamentalmente a mujeres que están pasando por un tratamiento de quimioterapia, es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Cuando empecé a pensar en Moe, de alguna manera lo  rechazaba porque pensaba que iba lidiar con la enfermedad, la tristeza, el dolor...que equivocada estaba!

Además de seguir  haciendo lo que me gusta (mis sombreritos del alma), Moe me ha dado la oportunidad de conocer a unas cuantas mujeres que están diagnosticadas de cáncer. ¡Quien me iba a decir que alrededor del trabajo iba a hacer amigas!

Sé que suena a tópico pero ellas entienden que es una prueba más de su vida, que es una situación temporal de la que saldrán y para ello sacan fuerzas de donde no hay para plantarle cara a la enfermedad. No he hablado con ninguna que estuviera vencida, al contrario, son todas (por lo menos las que yo he conocido) pura fuerza, valor, optimismo…

¿Se imaginan que pasaría si las  que estamos sanas usáramos las mismas armas que ellas desarrollan para enfrentar la enfermedad? Mi madre que poderío!

Quiero compartir con ustedes la emoción que siento cuando me llaman para darme las gracias por haber diseñado una línea para ellas. Eso junto con la alegría que me transmiten cuando reciben los sombreros y se ven guapísimas, hace que Moe sea una fuente de energía positiva inagotable. Me contagian con su fuerza para hacer que Moe siga mejorando, avanzando…

A todas les doy las gracias por su apoyo, esperando que ese momento de sus vidas se quede en lo que muchas de ellas me dicen: una piedra en el camino.